El próximo 18 de febrero a las 20.30 abre sus puertas, en la Agrupación
Fotográfica San Dionisio, la exposición: “Tonelería artesanal”.
La exposición estará abierta hasta el 12 de marzo y se podrá visitar los
martes y jueves de 20:00 a 22:00 horas.
Su autores F. Javier Cala, Antonio
Herrera, Carmelo Pariza y Pepe Ruí pertenecen al grupo fotográfico Mostra sumus formado hace cinco años en
la Universidad de Cádiz y que a su vez son miembros de la Agrupación Fotográfica San Dionisio.
Esta exposición forma parte de un
proyecto, en vía de elaboración, sobre el proceso del vino. Las fotografías
expuestas forman parte del grupo de tonelería artesanal, de ahí el nombre de la
exposición, todas en Blanco y Negro con las que pretendemos resaltar el trabajo
de este oficio milenario (La
barrica fue inventada por los celtas y
adoptada por los romanos)
ubicándolo en su medio para destacar el trabajo artesano que comienza a formar
parte de la historia en el marco de Jerez.
Para construir un tonel, el operario
empieza por disminuir la anchura de las duelas en sus dos extremidades. Esta
operación delicada se hace mediante una garlopa o de una azuela. Ensambla
enseguida las duelas así preparadas por medio de un aro de hierro que las
mantiene en su lugar mientras coloca en cada uno de sus extremos dos aros de
madera.
El principal material utilizado es la
madera de roble. El desarrollo del comercio al siglo
XIX permitió a los toneleros utilizar con ventaja los robles procedentes
de Rusia y Ucrania. El roble blanco de América se utiliza tradicionalmente para
envejecer el whisky.
En Jerez encontramos tonelerías artesanales o
industriales como son:
Tonelería Huberto Domecq, Tonelería Julio, Tonelería Vasyma, Tonelería Paez
Lobato, Tonelería Tevasa…
Madera,
agua, fuego y material humano son la columna vertebral de este oficio. El
laborioso proceso de domar la duela y convertir la bota en un producto con las
mejores características, tanto de aroma como de sabor, son el arte del
tonelero. El arte de la tonelería es una cualidad arraigada a esta tierra,
Jerez, una ciudad que de siempre la unión vino/barrica ha servido para crear
una industria consolidada y que hoy en día es una puerta abierta a otras
bebidas alcohólicas.
Recordar
un poema de José Permartín:
A fuego y golpe de mazo
dobla la noble madera
con la curva marinera
que se va haciendo regazo.
El hierro estrecha su abrazo
moderando redondeles.
Justos luengos y chánteles
Sellan la exacta clausura
por los siglos, los toneles.
Y
concluimos con esta estrofa del poema que el escritor uruguayo, Carlos María de
Vallejo (1889-1946), residente en nuestra ciudad durante unos años, escribió en
1928, y que tituló Toneleros bailadores:
Al golpeteo de los martillos
se agitan los brazos gesticuladores
y en el picadero de la barraca
se comban las duelas
(rebeldes a la genuflexión)
acorsetadas por los aros de hierro.